Miami 2011. Un inmerecido y extraordinario cumpleaños que supe tener...

Este cumple Nº 51 lo pasé, por suerte para mí, en Miami visitando a mi amigo Gardy. No lo veía desde hace unos 10 años y lo encontré mejor que nunca.
El loco, músico profesional, vive a escasas 3 cuadras del mar con su mujer e hijas y, por las noches, alterna bares, restaurantes y discotecas tocando su música y viviendo una vida de “rock star” digna de envidiar…

(Gardy, que al mando de su trío marca el camino, mientras el chef Marco Efrati grita SHOUT (duplico) de los "cordobeses" Tears for Fears.)

Mi cumpleaños, que todos los años se repite en la misma fecha (¡lo que es la ciencia!), esta vez coincidió nuevamente con cierta inexplicable festividad pagana (bueno..., en realidad, todas lo son…), que los gringos y tilingos llaman Halloween. En ella –para aquellos amigos argentinos que jamás han pisado un shopping-, la gente se disfraza, hace ciertas “instalaciones” en sus casas con arañitas y murciélagos de goma, sale a la calle con pedorras máscaras supuestamente terroríficas y hasta se regalan… caramelos.
(Saben divertirse los gringos y tilingos ¿no? Y hablando de tilingos, cierto pariente sordo que tuve alguna vez, un día de mi cumpleaños me saludó al grito de “¡Happy Halloween!”, a lo que le contesté, agarrándome la entrepierna y con el volumen necesario para que pueda oírme, un cariñoso “¿Japi? Acá tenés japi…”. Mmmm… Ahora que lo recuerdo, me temo que mucho no le gustó.).
En fin…
(El gran Marco y el cumpleañero... Mi remera luce un artístico y nuishorquino Conan O'Brien.)

Volviendo al día de mi cumpleaños, mi amigo Gardy tocaba esa noche en la Hostería Romana, un simpático restaurant propiedad del chef italiano Marco Efrati (situado en la Española way , una callecita peatonal muy enrollada en pleno Miami Beach). (http://www.hosteriaromana.com)
Con mesas en la calle, cocina a la vista y una notable gastronomía italiana –pastas, pesces, frutti di mar y variedad de quesos, mozzarellas, aceitunas, encurtidos y hasta afrancesados pates-, pizzas que salían una tras otra del horno a leña también a la vista, y una barra de bebidas buena aunque incompleta –no tenían un solo champán tomable!-, el lugar es referencia absoluta en la zona cuando se habla de cocina italiana.
El chef y propietario, el multifacético Marco, nos recibió al mando de su cocina, dando ordenes a diestra y siniestra y supervisó, personalmente, las pastas que nos dieron de cenar…
Luego de disfrutar variedad de aceitunas, encurtidos evidentemente caseros y panes idem, nos trajeron un plato de pasta que difícilmente pueda olvidar jamás. Si bien yo casi nunca como la pasta con tuco (he dicho más de una vez que no tolero los insípidos filetos), estos fideos –que comí sólo con un tenedor y sin ninguna cuchara!- , venían “impregnados” en una salsa para nada líquida, que se adhería a la pasta sin ensoparla, con pequeños trozos de carne y un personal y ajustado “picante”. El hombre tiene hasta su propio tinto, aunque nosotros regamos toda la cena con cervezas varias.

(Mozzarellas, pates, aceitunas, champignones y pimientos listos para salir a la cancha.)

A punto de cenar la mejor pasta que jamás hayamos probado; Gardy, su bajista con peluca de rulos Halloween style -perdón hermano, me olvidé tu nombre- y el bartender rosarino del restó que, por alguna razón, me hacía acordar a Puddy, el novio de Elaine en Seinfeld.)

Más tarde, el chef ya disfrazado de pirata, cantó varios temas con el trío The Gardys para luego retirarse del escenario y oficiar de anfitrión de la fiesta, con un ojo puesto en la cocina, otro en el show y el tercero en el voluptuoso culo de su novia cubana… Un grosso el tano.
(Los cocineros -todos hispanos ellos- sacando pastas y exquisiteces varias a la chapa... Están así vestidos y pintados por la fiesta en cuestión. El resto del año visten ropa blanca tradicional de cocina. Los fideos que se coronaban con una feta de proscciutto tenían una pintusa que ni te cuento...)

De mi amigo Gardy, debo decir que me regaló un cumpleaños que jamás olvidaré. Su “power trío” (me va a matar cuando lea ésto) suena muy bien, tocaron decenas de temas –algunos propios y varios covers- y hasta me cantaron el “cumpleaños felíz”, como final de un temazo que incluyó un solo de guitarra que Gardy tocó apoyando una botella de cerveza sobre el… ¿diapasón se llama la parte larga de la guitarra? Un grosso Gardy; GRACIAS MAESTRO!
(The Gardys en pleno: el bajista con peluca, el Pelu Rivero en batería y el mostro Gardy en guitarra y dirección técnica.)

Obviamente, terminamos la noche tomando mojitos hasta reventar.
Querido Gardy, sólo puedo decirte –parafraseando al cantante aquel que se hacía la croquiñol-: Gracias… TOTALES!
(El tinto del dueño de casa y uno de los mojitos que nos acompañaron hasta el final...)


(PS: tarjeta promocional de los "jueves acústicos" de Gardy & Friends... 
En un tradicional pub irlandés a la vuelta de la Hostería Romana, 
el Mostro toca para un público exclusivo de mujeres. 
El lugar y el público ideales... Que grosso sos, Gardy!!!