Ocupadooooo !!!!!!

Señores, estamos ya en pleno transitar de "las 9 noches de la muerte".
Entenderán, espero, y sabrán disculpar mi ausencia durante algunos de los días que se vienen. Hoy mismo estoy partiendo para Mar de las Guampas, a descansar del arduo trabajo del año... este..., y a recargar las pilas para empezar el 2011 con todo...
Pero estas crónicas no terminan acá. Todavía faltan las ostras con champán que comimos con el Fede, la cena en un depósito de aguas libres en Lisboa, el descubrimiento del vino turbio, una reseña de todo el prosecco italiano, la visita al Vaticano del champán en Catalunya, la exquisita mozzarella, el chancho que nos lastramos en París, la visita a Disneywurst, la reseña de Marito, los huevos lisboetas, mundo chancho, las visitas a los mercados de Venecia, Florencia y Viena, la reseña del Golden View de Florencia, y etc. etc. etc. Todavía falta lo mejor. Nos vemos en unos días,
Javierito
(El Cagatío, una especie de Papá Noel catalán guarro, nos saluda desde allá y nos desea, a su manera, unas muy felices 9 noches de la muerte... Gracias, Cagatío!)

Arte, Arte, Arte...

Sí, fuimos a algún museo, vimos tumbas, pinturas, esculturas, ruinas romanas, monumentos y demás asuntos "culturales" pero, eso... ¿a quién le importa?
Igual, el arte está en nosotros, y en todas las cosas. Y si no, vean:

(Arriba: botellas pintadas coleccionables del tradicional francés Taittinger, Don Sushi, arte con restos de una bandejita individual. Ojo, que los rolls de arriba no son de palta, son de pepino! Los alemanes le ponen pepino a todo! To-do! Abajo: arte champañeril con botellas, corchos y chapitas, y después, un cortado doble italiano.)
(Arriba: champán austríaco edición especial cuvé Gustav Klimt -puro arte!-, estudio preliminar de la escultura secreta de Miguel Angel, el santo patrono del Rosado de Asti. Abajo: un muñeco horrible hecho con frutas secas y abrillantadas en Viena, la instalación que hizo Luchito titulada "Guerrero champucero" -hecha con restos de tapas, alambres sujetadores  y corchos- y más arte cafeteril italiano.)

(Arriba: arte Javieresco de cigalas, percebes y oliva y luego, lámpara modernista de hierro forjado y vidrios instalada en el centro de la cripta subterránea de la bodega Codorníu en Sant Sadourní da Noia -gran lugar!-. Abajo, mural y restauranter al paso Marito, creador del nombre de este blog y eximio parrillero. Nuevos envases plásticos para las champañas Codorníu -otrora pioneros en diseños modernistas y art decó de publicidades y latas para botellas- y finalmente, más arte simpático en cafés italianos.)

Y para terminar, claro, una pared de jamones colgados. ¿Hay algo más artístico que esto???

Estimados amigos seguidores de estas andanzas gastrointestinales..., este próximo 24 empiezan las 9 noches de la muerte. Las 9 noches de fin de año en donde se come y toma hasta morir. Nueve noches de lujuria, de pasión, y de muerte. Puro atracón.

Vamos a arrancar el 24 comiendo y tomando todo y de todo, el 25 nos clavamos lo mejor de las exageradas sobras, el 26 alguna cosita que quedó, "por no tirarla"... El lunes 27 queremos cuidarnos (por lo pasado, y por lo que vendrá), pero una reunión con los amigos, alguna cosita surgida en el laburo, y otra vez tomando de más. El martes sí, dieta obligada... Pero no. Termina el año, ¿y ahora vas a empezar a cuidarte? Le damos con todo al mediodía, hace calor -mucho- y las cervezas heladas van y vienen. A la noche, muchas pizzas y más cerveza. Fue el último día de laburo del año... Y bueh... El jueves arranca oficialmente el fin de año: picada grossa bien regada, haciendo la previa de la cena del 31. Y el viernes ni hablemos: lechón, pollo, asado, biteltoné, matambre, papas, ensaladas, vino, vino y más vino. Y helado en cantidades industriales. Comer y tomar hasta morir. ¿Y el primero de año? Otra vez las sobras. "Para no tirarlas, ¿viste?"
Lo dicho, 9 noches de locura...

Seamos felices.

Almendras Amargas en... LISBOA


Para ser sincero, el champán portugués es medio flojo. Mucho Oporto, uvas dulces y vino "amable" hacen que -supongo- los champanes sean algo/muy empalagosos. Nos costó mucho encontrar algo seco y bruto. Nos costó.

Primero agarramos un Murganheira demi sec -que acusaba ser tradicional- y la verdad, parecía el moscato de la pizzería La Universal, pero con gas. Seguimos buscando, y conseguimos uno Bruto que, a duras penas, se podía tomar... (es el que tiene etiqueta dorada). Más adelante, un Sao Domingues demi sec que, de tan dulce, era horrible... Se me ocurrió una idea que supuse salvadora: un homenaje (muy a mi pesar) a los primos lejanos de la Banda Oriental haciendo un típico medio y medio casero. Veníamos arrastrando una botella de blanco seco Viña Sol de la Familia Torres de Catalunya. Los mezclé y el medio y medio (medio catalán, medio portugués) salió como trompada... Zafamos...
Ya hartos de padecer "la semana de la dulzura" versión Lisboeta, preguntamos en una vinería y el encargado nos recomendó sabiamente: espumante de vino verde.
El vino verde es un tipo de vino portugués que NO es dulce, porque las uvas se cosechan verdes -de ahí el nombre- y por lo tanto, al no estar todavía lo suficientemente maduras, no vienen con esa dulzura insoportable.
Le hicimos caso y nos llevamos un Coto de Mamoelas numerado, bruto y tradicional cosecha 2006, de la cual sólo se hicieron 14000 botellas en Alvarinho, provincia de Moncao.
Era de batalla, pero a nosotros nos pareció un Rosell Boher...

Tal variedad champusera nos la clavamos a la vuelta de una extraordinaria cena en A Primavera do Jerónimo (un lugarcito mágico del cual ya hablaré aquí), donde fuimos con los amigos portugueses Sandra y Vasco, el otro vasco Alfredo, Anita y yo.

(Fotos: Anita anima el cotorro en el living del monoambiente que alquilamos en Lisboa. La escuchan risueños Sandra, Vasco y Alfredo. Abajo, la reunión sigue en la puerta).

Y para terminar, el amigo Vasco (de profesión, ingeniero nuclear), nos explica las bondades hídroneumáticopositrónicas de poner una cucharita en el pico de una botella y así, impedir la salida del gas... (?). Si él lo dice...

Maridaje

(Foto ilustrativa. No contractual).

Nunca me gustó el concepto de "maridaje".
Yo, que jamás seguí regla gastronómica alguna, que le pongo hielo al tinto o me puedo comer un kilo de asado y medio de chinchulos tomando un charmatiano y espumante blanc Rimé, nunca creí en el maridaje.
Aunque el jedi Guillote (faro multimedia de una familia que hubo cierta vez), asegure sin pestañar que la pizza con champán son "el" maridaje (¿resabios gastropolíticos de la década del 90?), debo reconocer que las ostras y el champán se llevan de maravillas, y que un buen plato de papas fritas doble yobaca van, sí o sí, con una cerveza bien helada.

Hasta que en Florencia probé un sanguchito que se roba, de lejos, el remanido concepto de maridaje: chorizo con mozzarella de búfala. Más adelante voy a tocar el tema de la "búfala" italiana, creación divina a la cual no hay (repito: no-hay) con qué darle.
Pero, volviendo a esta delicia, jamás se me hubiera ocurrido armar un sanguchito de semejante nivel. El chorizo -si es tipo butifarra, tanto mejor- va temperatura ambiente (ni caliente, ni frío), y las rodajas de muza, frescas como debe ser. El pan, con un "masaje" de ajo y un chorrito de aceite de oliva, debidamente crocante. Lo juro ante mi familia: es una exquisitez insuperable. La "aspera textura" del chorizo a temperatura natural trabaja con y contra la suavidad sabrosa de la mozzarella (con y contra: 100% maridaje!). Pero atentti, que cuando hablamos de mozzarella ni por asomo estamos hablando de ese queso horrible que venden en el chino de la vuelta. Esto es OTRA COSA.


Tan simple, y con tanta magia...

Almendras Amargas en...

Decir París es decir, obviamente, champagne.
Para mi cumple, mi hijo Luchito se jugó y me compró una hermosa caja que traía una selección de individuales, todos nobles hijos de Reims:

(De izq. a der.: un Demoiselle extra bruto bien seco + un Pommery POP extra brut, extrañamente autotitulado "no convencional, vanguardista y anticonformista" -una manera, supongo, de decir charmat para jóvenes sin paladar educado- + un Pommery Brut Royal -este es bueno en serio- + un Demoiselle rosado de chardonnay y pinot noir de Bouzy. Todo en una hermosa caja y con simpático folleto con fotos de las bodegas, notas de cata y tal... Un lujo.)

Yo por mi parte, arranque París con un Clicquot Ponsardin bruto que me voló la peluca, pegué un Kriter blanco de blancos bruto que andaba 10 puntos (repetí un par de veces), pero metí la pata con un "cremant" del cual no recuerdo ni su nombre. Cremant viene a ser también cahampán, pero que como no es de la región Champagne, no puede llamarse champán y entonces se llama cremant. Éste era una cagada.

Y claro, también compré una cantidad importante de individuales, pero eso queda para unas próximas almendras amargas...

Jamón del Medio


Jabugo, bellota o pata negra. Todos términos referidos a lo mismo: el mejor jamón crudo del universo.
Sí, ya sé, alguno dirá: "no me gusta el jamón crudo, es muy salado". Bueno, éste no.
Es salado, pero sutilmente salado, y además es tirando a dulce al final. Tiene una textura única, un sabor extraordinario y un precio inolvidable...
Jabugo es "DOC", ya que es el nombre de un pueblo de Andalucía famoso por la cría de estos entrañables porcinos, bellotas son las frutitas que le dan de comer a los chanchos para que sus piernitas nos resulten tan riquitas y pata negra se los llama en relación a sus pezuñas renegridas.
Este jamoncito es una joya que cada vez que vuelvo a España tengo el placer de saborear.
Mi amigo Alfredo me recomendó sus dos marcas preferidas: "5 Jotas o Joselito, no vayas a pedir otra cosa".

Y le hice caso. Este año nos quedamos en Barcelona en un depto a una cuadrita del Mercado St. Josep, conocido como La Boquería. Siempre que voy a Barcelona como en la Boquería, un lugar único donde se come muy bien... Además, el primo de Ana, el Fede, vive (sí, el muy turro vive) en un depto de la Boquería y entonces, este año fue el punto de reunión obligado. Y ahí mismo me compré 100 gr. de exquisito Joselito -que además, es cortado por el vendedor con un cuchillo, nada de máquina nunca- y como se puede ver me lo comí directo del paquete, acodado en una de las barras del mercado y tomándome una cervecita (que terminé antes del final, para que me quede el sabor del Jabugo en la boca lo más posible).

Lo garpé 15 euritos los 100 gr. -150 euros el kilo!- (una barbaridad, ya que en Barcelona se puede comer un codillo al horno con papas por apenas 6!). De ahí lo del "precio inolvidable". Pero vale la pena... siempre vale la pena probarlo. Es único, maravilloso e inolvidable.
Igual, el mismo jamón estaba en Sitges a 230 el kilo (como se puede ver en la foto del comienzo), por lo que, además, lo conseguí bastante bien de precio...

Y para terminar, una foto de mi querido Angelo mirando absorto tanto jamón, tanta magia...

Piscolabis /2

Sí, es un chancho asado. El animal más noble, sabroso, extraordinario y genial del universo... "El mejor amigo del hombre" dijo Marito alguna vez. El alimento preferido de Tony Bourdain, Javier Doeyo y hasta del mismísimo Carlos Trillo...
Aquí, en su versión "porchetta", debidamente dehuesado, enrollado, adobado y braseado, nacido para ser finalmente porciones generosas de carne sin desperdicio y hasta de exquistos sandwiches "porchettini" de bajo precio y alta calidad.

(Foto: un exquisito sandwich de porchetta por apenas 3 euritos más un vasito de espumante tirado -nunca lo había visto- de apenas 1 eurito, en el excelente Pork's del mercado de Florencia. Local de comida regenteado por Luiggi, el más grosso "restauranteur al paso" que yo haya conocido jamás!).

(Los consejos de Luiggi -mientras traía a la mesa jarras y más jarras de prosecco tirado- "La mejor noche de amor es con la mujer borracha. El hombre no... que después no funciona!").

(Un regalo: 1 kg. de chancho exquisito y puro sin desperdicios por apenas 26 mangos... Me quiero matarrrr!!!)

El Mito del Peronista Champagne

Mi cuñado Andrés -un pibe divino- ha creado un mito que aquí mismo voy a refutar: que yo soy un "peronista champagne".
Este mito, supongo, se habrá fundamentado en mi firme y pública convición política basada en un férreo compromiso con el campo social, la redistribución del ingreso, la movilidad ascendente, la justicia social y la soberanía económica y política, doctrina que algunos llamamos Justicialismo y otros, menos capaces, populismo demagógico.
Ésto, sumado al hecho de que soy un fanático de "la bebida perfecta" -según el viejo Churchill-, imagino que habrá sido el motivo de tamaña etiqueta que, además de incompleta -no me define en absoluto, apenas me descríbe mínimamente- tiene además la intención "desinformativa" de crear en quien la escucha una disyuntiva falsa: "¿pero cómo, te decís peroncho y tomás champán todos los días? Vos sos un oligarca, sos..." podrá decir algún despistado... Y no, nada de esto tiene que ver...
Además, y desgraciadamente, la nefasta vinculación del champán y cierto ex-presidente mamarracho salido de las filas del Justicialismo para traicionarlo inmediatamente, hacen que la etiqueta que me puso mi cuñadito sea, también y en cierta forma, una pesada carga y una velada y artera acusación de traición que no estoy dispuesto a tolerar.

Los que me conocen de siempre lo saben: toda mi vida he tomado y disfrutado de la popular y democrática cerveza, bebida extraordinaria y compañera siempre eficaz: ya sea comiendo unas pizzas en París con nuestro ángel de la guarda Pepón, sea la rica Ottakringer alemana para disfrutar unas buenas salchichas, la fina Gösser con limón para alucinar con un codillo horneado en Viena, o alguna desconocida pero sabrosa tirada para acompañar las salchichitas en el tren que nos trajo desde Salzburgo, o si no en la terminal de Florencia... La cerveza, hoy, mañana y siempre... está. De hecho, he tomado tantas en mi vida que no me alcanzarán los años de bonanza champañera para igualar esta marca. Ni en dos vidas.


Y para terminar, la más destacada. La descubrí en Madrid en el 2006, la disfruté con Ana en Praga, París y Madrid en el 2007, y por suerte la cosa crece y no se detiene. Desperados, la exquisita cerveza aromatizada con tequila (sí, aromatizada, un toque finísimo e inigualable), me ha dado este año la alegría de saber que ahora también se vende en botellones dobles de litro200.
Muy grosso!

(Crucemos los dedos para la garrafa de 5 litros en el 2012!!!)

Comer sano y rico en Azenhas do Mar


Azenhas do Mar queda al norte de Cabo da Roca (el punto más occidental del continente europeo!), que queda al oeste de Sintra (un precioso pueblo antiguo de montaña con un par de imponentes castillos) que queda al oeste de Lisboa (una gran, pero gran ciudad!). Por consejo de los amigos Vasco y Sandra, nos fuimos los tres a pasar el domingo por allá. Visitamos Sintra, fuimos a ver el océano al Cabo y decidimos ir a comer a Azenhas sólo por haber visto en un folleto una minúscula fotito en donde apenas se podían ver unos techos rojizos, en medio de un cielo celeste y a orillas de un mar más celeste aún (las maravillas de las fotos de los folletos).
Al llegar, nos encontramos con un pueblo casi fantasma, sin nadie por las calles, ni autos, ni gente, ni nada... Ni playa tampoco, ya que el pueblo está asentado sobre unos acantilados en donde el mar, ese día gris de otoño, golpeaba furioso...

Mirando el pueblo a ver donde comer, Alfredo percibió un olor que luego sentimos los tres y empezamos a preguntarnos de dónde venía ese persistente aroma a "cocina". Comenzamos a bajar entre las calles, que se superponen unas tras otras en bajada, pasamos por algún patio, siempre bajando en dirección a los acantilados y finalmente encontramos...

Un complejo de piletas integradas a las rocas y sobre ellas, un bonito restaurante con una imponente mirada sobre los acantilados y el mar. El salón comedor era maravilloso: de un lado, la roca pura del acantilado que baja al mar y enfrente, los ventanales sobre el océano y una vista espectacular... Apenas una fila de mesas para cuatro cubría de punta a punta el lugar. Un hermoso lugar...

(Foto: panorámica "artesanal" de Ana y Alfredo*, disfrutando el lugar y el momento, y a punto de elegir qué comer).

Obviamente, el lugar se especializa en pescados y frutos de mar, y, viniendo como veníamos con un ritmo arrollador de ingesta chancheril, alcohol y huevos en todas sus formas -ya hablaremos de eso más adelante-, decidimos que unos frugales, sanos y políticamente correctos pescados serían la opción más lógica -siempre hay que comer la especialidad de la casa!- y natural. Y de tomar, agua... y algún vinito. Pero poquito, que había que volver a Lisboa manejando.
De arranque, una entrada "de la casa" (que Anita vio pasar sin siquiera acercar la mano a los platos):
Unas cigalitas (que allí llaman Bruxas) con mahonesa (las cigalas son unos crustáceos tipo una langosta chiquita, o también una gamba con caparazón dura... algo así), unos exquisitos percebes (unos bichos que crecen pegados a los acantilados en las rocas donde el mar golpea fuerte, y que son muy difíciles de sacar ya que siempre están en lugares muy incómodos, donde pega el agua, pero de difícil alcance), el infaltable quesito de cabra untable para el pancito, olivas varias y tal...
Para el segundo, unos lenguados marinados especialidad de la casa -en la tardía foto hay unos lugares vacíos, ahí estaban las cabezas que, raudamente, Alfredo y yo cogimos del plato de inmediato apenas fue apoyado en la mesa!-. Los lenguados venían acompañados por papas y una ensalada muy rica de champiñones, cebolletas, ajo-perejil y zucchinis. Un Marqués de Borba blanco , mucha agüita y... de postre, Ana un heladito de chocolate y el Alfredo y yo unos mousse de Maracuyá bien frescos y bajativos y unos cafés...
Todo muy lindo.


(*) Para los lectores de estas crónicas que no lo conocen, Alfredo es Alfredo Álvarez Plágaro, amigo vasco que vive en Madrid con su mujer e hijos, de profesión artista plástico exitoso, sibarita, bom vivant, tipo enrollado y, fundamentalmente, gran amigo y futuro testigo de nuestro casamiento. Se vino especialmente de Madrid a pasar tres días con nosotros en Lisboa sólo por vernos y pasear juntos un rato. Un fenómeno!!!
Si quieren ver algunas de sus obras/instalaciones (que adornan desde lujosas mansiones a espectaculares restaurantes), deberán entrar en:
http://www.plagaro.net/
http://www.m-bochum.de/artist_image_en.php?aid=37&aname=Alfredo%20%C1lvarezPl%E1garo

Cumpleaños triple

(Foto: -atrás, Angelo Cabral Sampietro- y más adelante los cumpleañeros yo, Daniela Sampietro [directora de Dac Editions] y el auténtico metabarón Juan Giménez)

Alto Sitges, allá arriba, plena montañita.
Nuestros hermanos Ciruelo y Daniela nos reciben en su casa y de paso cañazo, festejamos el triple cumple de Daniela (22/10), el mío propio (31/10) y el de Juan Giménez (26/11). De comer, pizzas y empanadas compradas (sí, allá también hacen ya empanadas). Las pizzas no eran gran cosa, con una masa de pre-pizza muy de batalla, pero con la particularidad de tener las mil y un variedades. Y lo bueno, uno puede elegir muchas variedades diferentes -las venden por porciones- y armar así una grande de 10 porciones diferentes y pagar una grande de 16 euritos.
Había con sobrasada, con jamón, con verduras, queso azul, brie, gambas, yo qué sé... cien variantes!
Y de tomar: Ciruelo su estricta agua mineral, los chicos jugos y Bitter Kass sin alcohol y los demás... está a vista: Un Carta Nevada bruto de Freixenet que encontré en el Capabro de oferta (3 o 4 euros...), un desconocido Parxet natural que quedó de alguna fiesta y un elegante Berenguer I bruto y natural del alto Penedés.


Ojo, que las chicas (Daniela, Anita y Silvia) apenas si se mojaron los labios.
Nos los tomamos todo el Metabarón y yo!
Al otro día, volamos de vuelta a Baires... Gran cierre del viaje, no?

(Foto: Lys Cabral Sampietro nos ve soplar las velitas -50 y 67- al Juan y a mí).

La Hora del Piscolabis /1

Cada uno es cada quién.
En la hora del piscolabis, ese momento de la última tarde en donde en bagre empieza a picar y hay que meterle algo antes de que caiga la noche y haya que sentarse y cenar como dios manda... digo, es en la hora del piscolabis en donde se puede ver cuán diferentes somos Anita y yo...

Acá abajo, un mínimo cuarto trasero de cochón, una flautita, un salamito -muy noble debo decir, con una pasta en la que sobresale el jamoncito cortado a cuchillo bien aliñado con pimentón dulce- y una infaltable copita de espumante para mí e, inmediatamente, las exquisiteces de Anita: una pera machucada, unas típicas papas fritas artificiales y un desabrido vaso de agua mineral...

En fin...

Los Rosados están de Moda


Lo miré a los ojos y disparé;
- Los rosados: desarrolle.
- No me gustan -aseguró Marito con gesto adusto-. No confío en ellos, como tampoco confío en una rubia teñida. Antes, cuando eran de mezcla, los tomaba. Ahora, ya no...

Estuve un tiempo tratando de entender tanto hermetismo misóginoetílico. Luego supe que antes el vino rosado se hacía cortando el blanco con un poco de tinto. Más tarde, se empezó a hacer con blanco teñido por maceración de la piel de uva tinta y parece que ahora, de moda total, el rosado arrasa.
Me dijeron que el 10% de la producción de vino mundial es de rosado, y que el porcentaje en la fabricación de champanes superó ya esa cifra. Y así debe ser, hoy casi todas las marcas tienen su rosado -siempre destacado y más caro que los blancs-. Los países líderes en producción de champán rosado son Francia, Italia y España. No es de extrañar...
Pero atentti, que acá hablamos de bruts. Hay por ahí infinidad de rosados dulces, alguno que otro hecho en base a uvas moscatel (el Vivace de Freixenet Argentina), aunque la mayoría sean pura azúcar agregada, como los de Novecento o el mismísimo Rimé Rosado extra dulce (que es horrible).


(Foto: tres extraordinarios rosados de batalla; el pinot tradicional de Codorníu criado en Sant Sadurní d'Noia, el chardonnay tradicional criado en Asti, Piamonte por la factoría Cinzano, particularmente bajo en alcohol -7%-, pero riquísimo, y el siempre super tradicional Taittinger de Reims, blend de chardonnay con un 15% de pinot. Tres "mantecas" diría el Bambino!)



(Arriba: Anita, fana total del rosado Bres, yo con la copa de bienvenida en Au Pied de Cochon de París [champán rosé+aperol+limón] y el excelente rosado alemán Bres, de pinot noir que no solamente es exquisito sino que además, la botella tiene un diseño finísimo.
Abajo: detrás de Anita, una pared con miles de botellas de rosado ya giradas completamente y listas para "degollar" en una de las infinitas cavas de Codorníu, el Vaticano del champán catalán, luego, un primerísimo plano de un pico ya sedimentado y finalmente, una escultura secreta de Miguel Angel: el santo patrono del Rosado de Asti. )



Y para terminar, un aparte especial para dedicarle a los "frizzantes", vinos gasificados (o sea, con gas agregado y no con fermentación propia), que aunque la mayoría sean muy berretas, cada tanto se encuentra alguno rescatable. Acá tres que pesqué en el viaje y que valieron la pena por refrescantes, livianos, muy frutados y terriblemente fáciles de tomar: el Weingut Michlits, rosado austríaco bien ligero, el Can Paixano catalán del alto Penedés y el extraordinario La Gioiosa italiano, con poquito gas agregado lo que lo hacía bien ligero...


Y ahora los dejo, tengo que descorchar un Gamba de Pernice de Robino... Snif...

Pertenecer TIENE sus Privilegios


La tarjeta American Express no sirve para nada. Al no ser de un banco, no trae grandes descuentos, es cara en su cuota anual y en muchos lugares ni siquiera es aceptada. ¿Para qué coño entonces la conservo?
No lo sé...
Durante los años, e ido deshaciéndome de las demás para quedarse sólo con esta tarjeta que lo único que asegura es un símbolo de status que no solamente no necesito (ya que no tengo nada de vanidad) sino que además tampoco merezco.
Pero, por esos "errores" del capitalismo la tengo, la conservo a pesar de todo y de vez en cuando hasta me lleva gratis a Europa (no está mal, verdad?).

Una cosa que sí tiene esta tarjeta es que transmite sin dudas la sensación de que hay una vida mejor, y que la misma, claro, se compra con dinero.
Alguien dijo por ahí que "la plata no hace la felicidad", pero mi amigo Alfredo -ya hablaremos aquí de él-, dice que dijo Woody Allen que "si bien no hace la felicidad, produce una cosa tan, pero tan parecida, que sólo un super especialista puede encontrar esa sutil, mínima y casi siempre invisible diferencia".

Aquí, el 23/10 esperando el vuelo que nos llevará a París en el salón Centurion de Ezeiza, al cual sólo pueden acceder -se puede ver aquí- los patéticos poseedores de la tarjeta. Sillones, teléfono para despedirse de los parientes a último minuto, saladitos, snacs, bebidas varias y, of course, champán free. Todo free...


La verdad, un viaje que empieza así no puede sino ser excepcional.
Grosso.

50 Años

Sólo por festejar mi cumpleaños.
El viaje se armó -uds. ya lo saben- hace unos tres, cuatro años.
En el 2006, después de pasar 9 noches en Venecia, me prometí: "debo festejar mi cumpleaños 50 aquí mismo...".
Luego, en junio de 2007 empezamos con Ana a ahorrar, con vistas a estar en octubre de 2010 en Venecia, brindando en las escaleras de la iglesia del Salutte, mirando de frente la Piazza San Marco...
Ana, mi compañera de la vida y de estos "alocados" proyectos me ayudó siempre y el día, nomás, llegó.