Siguiendo a Tony Bourdain por Venecia

Siguiendo con lo que he dado en llamar “la trilogía de Tony Bourdain”, que arrancó acá: http://vacunoporcoychicken.blogspot.com.ar/2012/03/comer-como-reyes-en-niushork.html ( y que no será tan extensa como la trilogía de Millenium, aunque sí con más onda que la de Matrix!), le toca ahora el turno a la Cantina Do Mori, casa de “cicchetti” situada en pleno San Polo, en las cercanías del Mercado del Rialto, en la amada Venecia. 
En el gran programa de Bourdain sobre Venecia (el hombre entendió como nadie el alma del lugar), de los muchos lugares que visitó, la Cantina Do Mori me interesó sobremanera en mi calidad de fanático del pincho que muchos saben que soy. 
Encontrarla fue más que complicado –ya les contaré alguna vez el tema de la numeración de las casas en Venecia!- y dimos vueltas y vueltas con Anita y los chicos hasta que finalmente encontramos el lugar… Está ahí nomás del Mercado del Rialto, pero igual nos costó…
El boliche está demasiado ¿decorado? con sartenes y ollas de cobre, aunque se destaca por su tradicional estilo antiguo. Los pinchos (en Italia llamados cicchettis) son, obviamente, especialidades italianas en formato “mini” que uno puede ir probando para no perderse ninguna… 
(Luchito, como buen gourmet, elije entre las especialidades de la casa unos pulpitos que...)
(... engullirá con furiosa voracidad)
Crujientes croquetas de atún, de cerdo, de carne de vaca y de caballo –sí, allá también comen caballo-, berenjenas en todas sus formas, unos pulpitos que volvieron loco a mi querido Lu, los corazones de alcauciles que me volvieron loco a mí, variedad de quesos (el Ubriaco, el particular queso con vino, o el exquisito pecorino), variedad de salames y prosciuttos, y las especialidades del lugar como los pinchos de Sarde Saor (sardinas cocidas en una salsita agridulce de vinagre, vino, pasas de uva y piñones!), o el clásico Bacalao a la Vicentina (además del mantecato, claro), que viene enharinado y cocido con cebolla, leche y aceite…
Las chicas con agüita. El Luchi con una Fanta y yo… con unas copitas de prosecco del Veneto…
Sólo puedo agregar, gracias don Tony por tanta magia!