Gira Champusera 2012/ Makatzeta [Arrazola]

Una vez más, y por tercer año consecutivo, nos encontramos con nuestro AMIGAZO Alfredo Plágaro (artista plástico de prestigio, bom vivant, chiquilín incorregible, viajero incansable, señor con mucha onda y Kawasaki man...), esta vez en Vitoria (para ver su muestra en el ARTIUM -Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo-) y además, y gracias a su generosidad inconmensurable, llegarnos hasta Arrazola (una pequeñita villa a los pies del Anboto, ahora perteneciente a Atxondo), a conocer el pueblito de dónde salió mi abuelo el gran Bonifacio Ancares rumbo a la meca de entonces, la Argentina... y a comer como dios manda. Que para eso nos fuimos hasta allá!
(Panorámica del restaurante Makatzeta -pronunciese Macacheta- el lugar donde terminamos comiendo como dios manda... como puede verse en su menú.)


El menú habla por si sólo: probar de todo un poco y comer hasta morir... Igual, le pusimos el pecho y para empezar, y aunque la propuesta incluía un tintorro de crianza de Rioja, abrimos el sport con un cava Raventós i Blanc reserva del 2008 (de los primos de Codorno), y nos alistamos para empezar la comilona...
De entradita, unas tostaditas con foie gras y purecito de manzana. Comienzo sutil...

Luego, un rotundo Bogavante con unas verduritas de adorno a las que pomposamente llamaban "ensalada" (¿?). El Bogavante es como la Langosta, o sea, un crustáceo de esos riquitosmuyriquitos. Con el Alfredo le dimos a plena mano y cuchara... Casi nos lastramos hasta la cabeza..., lo de afuera... Porque por adentro, no quedo nada. Excelente.

Esto venía acompañado de un revuelto de Susas (unos tipo hongos, o algo así...) que Anita encaró con cautela pero sin temor. Claro, el hecho de vernos "encima" del coso ese anaranjado, crudo y con la ropa puesta, comiendolo como desaforados la asqueaba un poco, pero también sabía que era comerse ese revuelto, o mirarnos comer a nostros... Pobre... Igual, bien, porque no traía queso y eran unos lindos huevos con champiñones escrachados en una sartén. 
La seguimos con un tremendo Rape a la plancha. Importante rodaja de pescado bien cocida hasta adentro -sin pasarse, muy bien hechita-. 
Y para cerrar la giornatta, un tremendo bife -ellos lo llaman chuleta- de verdadera Vaca Gallega! Venía con fritas y pimientos... Era enorme y hasta me atrevo a decir: innecesaria. Pero la lastramos igual!
A los postres llegó una extraña "crema de jugo de arroz" que ni toqué. La señora que atendía nuestra mesa se percató de inmediato y enseguida me ofreció un helado -el cuál también decliné-. No así Anita -que se comió el heladito-y el Alfred, que igual le entró. 
A esta altura de los acontecimientos, ya por pedir los cafés y el Pacharán de rigor, habíamos entablado una tímida amistad con los comensales de la mesa contigua, los vascos José e Iñaki quienes, escandalizados con nuestra comilona -y nuestros italianísimos tonos de voz-, enseguida se acercaron a compartir las copas y a fraternizar un rato. 
Tipos majos y de buen diente y humor, a los cuales Alfredo enseguida invitó a ver su muestra en el ARTIUM, y con quienes hablamos sobre Arrazola, la comida del lugar, la comida de Argentina, la bebida y la buena vida en general.
Su mejor consejo: el pedir un Pacharán -que ahora no recuerdo de cual marca, pero que anoté en algún papelito que tengo en algún lado-, que aseguraron ser el mejor debido a su segunda destilación... Consejo que obviamente seguimos...
(Un servidor, Anita, José e Iñaki)

Después, cerca de las 5 o 6 de la tarde, finalmente tuvimos que partir... Anita manejó de vuelta hasta Vitoria mientras Alfredo y yo nos asomábamos por el techo corredizo del auto y el viento nos zamarreaba y a duras penas nos quitaba la modorra que nos empezaba a dominar. Felices, bien comidos, habiendo conocido el villorrio de mi abuelo y a dos tipos macanudos, nos preparábamos para el tren nocturno que esa misma noche nos llevaría a París... pero esa es otra historia.

(Sí, verdadero amor vasco!)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

andá a cagar! Tanto quilombo por un bife con papas fritas.

Pato dijo...

Nooooooooo! Todo es festín pantagruélico por sólo 300 mangos. Lo peor de leer su blog es que empiezo a generar salivaciones y mi pobre estómago no recibe más que mate.

Anónimo dijo...

Pruebe con champagne, amigo Pato, que el mate sólo lo hará cagar!

Javier

abbott dijo...

Bonísima cronología. Verdaderamente el Alfred parece un hermano perdido y reencontrado.

Mantequita y lloron dijo...

Es el hermano encontrado en realidad. Una extraña y peligrosa mezcla de Ariel Doeyo, y el hijo menor de Chelin!!

Anónimo dijo...

Seguro? Ariel y Javier nunca se quisieron demasiado.

delegado dijo...

quiero una foto del regreso asomados por la capota del auto!