“Local
castizo con tres monstruos detrás de la barra haciéndotelo pasar teta, atendiendo de lo lindo, amables,
simpáticos, positivos, supervitaminizados y mineralizados, como el Super Ratón.”
(Tito -hermano de Néstor- corta un quesito del país al lado de la balanza donde pesará el superbife que, después de la aprobación del cliente, mandará a los fuegos eternos del propio belcebú... Allá atrás de Anita -dándole a su pimiento frito de Gernika-, el mismísimo Néstor, que apenas sale de sus fogones para saludar o exigir más y más chuletas para asar. Grosso! Acá abajo, el tercero de la pandilla, que además era argentino y del cual, lo siento, no recuerdo su nombre...)
“El local dispone de una única mesa bautizada con el número 19, que está siempre a rebosar. Por tan fausto motivo, su nutrida clientela no tiene reparos en jamar (morfar) de pie, como mandan los cánones de las milicias romanas.”
(Sí, lastramos de dorapa y esta toma desde abajo que me hizo Anita deja ver la decoración del techo!)
“(…) Su menú es único,
como en las grandes casas de comida niponas. Ensalada de tomate con sal y
aceite de oliva del de beber a morro. Los cachos aliñados saben a mermelada.
Néstor habla y sueña con los tomates…”
“(…) Pide
guindilla fresca y pimiento de Gernika frito de segundo, no hay otra cosa. Toma pan y moja. Los pedacitos de sal
adormecen la lengua y la cerveza fresca resucita células ya muertas. ”
“Y para
terminar, extraordinaria chuleta asada bien torrada, jugosa y con el corazón
sonrosado, caliente. Sin alardes ni cuentos chinos de parrillas supersónicas o
procedencia de cortes de cabaña criada en el mismísimo Japón, masajeada y
alimentada a base de cerveza con gaseosa y trigo sarraceno. En el Néstor, a la
chuleta la llaman chuleta. Y punto. ”
(Diagrama de la chuleta según los planes del mismísimo Dr. Néstor)
(Sí, la chuletaza -la nuestra pesaba 850 gr.,
llega a la mesa sobre una base de hierro caliente y viene cortada en tiras -que
quedan unidas por el hueso-, bien cocidas por afuera y vivas el rojo vivo
-duplico- por dentro. Anita puso cara y enseguida desprendimos las tiras y las
giramos para cocerlas un poco más por dentro. Quedaron, no hace falta
aclararlo, riquísimas!)
Extractos del libro “Con la Cocina no se juega”
del chef vasco David de Jorge, páginas 262 y 263,
editado porDebate en 2010.
Enseguida
congeniamos, nos presentó a su hermano Néstor, nos entretuvo con unos pimientos
fritos (plato que repetimos), hasta que llegó la chuletaza y los tomates que
saben a “mermelada”. Luego, ya tarde y hablando de la Argentina, la comida y
demás tonterías, invitaron con cafés (el mío especial de la casa con base de leche
condensada y un toque de alcohol) y de cierre: chupitos de orujo blanco.
Gran noche,
sólo me resta gritar: Vivan Néstor, Tito, y the
other guy!
(*) Las Tejas y Cigarrillos de Tolosa
son un producto de repostería
con manteca por un lado, y por
el otro, una pasta seca, con almendras enteras bañadas
con un ligera película de yema de huevo
y un suave toque cítrico,
que se sirven de postre,
en cócteles o como
acompañamiento al café
en gran parte de los asadores y sidrerías vascos.
6 comentarios:
Y te hacés 15000 km para comer un bife con tomate?
Pero que clase de antiargentino sos. Todo lo extanjero es mejor que lo de acá. Que gil de goma!!!
Epa, epa, epa... Nada de antiargentino. Al contrario, este texto desmitifica aquello de que la carne argentina es única en el mundo. Yo mismo comí bifes importantes de tamaño y muy buenos de sabor en varios lugares del mundo, y además, se sabe que las vacas gallegas y las vascas son buenos bichos también!!!
Bien, Cheto, uste sabe que se come y donde!
Los anónimos le hacen mal al cyber periodismo testimonial y también afean esta página.
Eh Javier, qué tal chuletón
¿Cuándo vienes al Perú a comer en serio? jajaja
Gran abrazo
Om
En cualquier momento, amigo, en cualquier momento...
Troesma, se hace la Salamone este año?
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